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lunes, 27 de febrero de 2012

Somos lo que leemos.



Somos lo que leemos.
Pretendiendo ser un poco más ortodoxos, sin más que decir, tratare de ser lo menos amarillista posible con la finalidad de no agredir de ninguna manera a ninguna persona, y la única finalidad es cumplir con el objetivo de este blog, que es tomar la iniciativa de trabajar por un país mejor y a su vez entender ámbitos culturales, a su vez tomar ciertas entradas como reconstructivas y reflexivas y así no cometer ciertos errores básicos que un ciudadano debería tomar en cuenta para no cometerlos.

En este caso, recordaremos un suceso un tanto gracioso, pero a su vez vergonzoso, esta de mas decir que este blog, tiene fines de expresar los ideales del partido acción nacional, pero a su vez en este tema no buscamos  ofender a nadie, espero esta crítica se tome como lo que es, y se tome en cuenta como reflexión para las próximas elecciones.

¿Que México queremos?
El casi candidato del PRI acaba de pasar a la historia, aunque de una forma que jamás hubiera deseado. En un dos por tres nos demostró que sin un guión, cuando requiere hacer uso de sus propias facultades, como la de su memoria, se arriesga a quedar en el peor de los ridículos.

Era cuestión de sentido común. Si uno es una personalidad mediática y acude a la Feria Internacional del Libro 
(FIL) de Guadalajara a un encuentro con la comunidad lectora y de prensa, ¿de qué temas podrían hacerle preguntas? ¿De telenovelas, su vida familiar, su esposa? De libros, obviamente, aunque tal parece que a Enrique Peña Nieto eso fue lo último que le pasó por su mente.

El priista acudió a la FIL a dictar una conferencia magistral y de pasó a presentar su libro ‘México, la gran esperanza’. Al momento de la sesión de preguntas y respuestas, alguien le cuestiona, cuáles han sido los tres libros que han marcado su vida personal y política.

Justo aquí empezó el calvario del pre-candidato presidencial. Inició por decir que la Biblia, aunque no la ha leído toda, La silla del Águila’ de Enrique Krauze. Lamentablemente, ese libro no es de Krauze, sino de Carlos Fuentes. 

Ojalá ahí hubiera acabado todo. Lo peor fue con el tercero, cuyo título nunca llegó porque simplemente no lo recordó
Horas después del ‘incidente’, en su cuenta de Twitter reconoció su error y corrigió: “La Presidencia Imperial de E Krauze y La Silla del Águila de C Fuentes, dos libros que disfruté leer y hoy confundí. Se los recomiendo”. Pero el daño ya estaba hecho.

Y si algunos medios le han perdonado ese tropezón (hay muchos, incluso nacionales, que no retoman ese hecho), los usuarios de redes sociales no lo hicieron y ya califican el momento como un foxazo’ y hasta un ninelazo.

En Twitter ocupa la primera posición de los temas más comentados la etiqueta #LibreriaPeñaNieto, con la cual circulan burlas y chistes con relación al evento que van desde títulos que ‘quizás’ pudiera haber mencionado hasta explicaciones de por qué no pudo recordarlo. 
FINALMENTE SE LOS DEJO DE TAREA. ¿QUE MÉXICO QUIEREN? 


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